Ballet de la Ópera de París

El Ballet de la Ópera de París es la compañía de ballet de la Ópera de París.

El nombre francés es Le Ballet de l'Opéra National de París.

Sus orígenes pueden ser rastreados hasta 1661 con la fundación de la Académie Royale de Danse (Academia Real de Danza) y la Escuela de Danza de la Ópera (1713) por Luis XIV de Francia. Como parte del Théâtre National de l'Opéra,la compañía dominó la danza teatral del sigloXVIII y el inicio del siglo XIX. Sus artistas desarrollarontécnicas de ballet clásico. Pierre Beauchamp, el primerdirecto de la compañía, codificó las cincoposiciones básicas del ballet, y los virtuosos Jean Balon, LouisDuport, Marie Camargo y Gaetano y Auguste Vestris extendieron el rangode los pasos de baile, especialmente los saltos y brincos.

En 1832 lacompañía abrió la era del ballet románticopresentando La Sylphide de Filippo Taglioni. Entre los bailarines de lacompañía de este periodo estaban Jules Perrot, ArthurSaint-Léon, Fanny Elssler y Carlotta Grisi, que creó elrol titular de Giselle en la Ópera de París en 1841.

Ladecadencia de la compañía a fines del siglo XIX fuedetenida por Jacques Rouché, director de la Ópera deParís y de la Opéra-Comique entre 1914 y 1944.Después de las exitosas producciones de vanguardia de losBallets Rusos de Sergei Diaghilev, Rouché contrató a losartistas estrellas rusos Michel Fokine, Anna Pavlova y BronislawaNijinska y en 1930 nombró a Serge Lifar director de lacompañía. Entre los principales bailarines al mando deLifar estuvieron Yvette Chauviré, Solange Schwarz, MarjorieTallchief, Michel Renault y George Skibine.

Hay cinco rangos de bailarines en el Ballet de la Ópera de París, de lo alto a lo más bajo, son

étoiles

premiers danseurs

sujets

coryphées

quadrilles

Ópera Nacional de París, un gran clásico - Por Agnès Izrine, redactora jefa de la revista Danser

ElBallet de la Ópera de París es único en el mundo.La riqueza de su repertorio clásico y contemporáneo, lajuventud de sus intérpretes y la excelencia de sus estrellashacen de él una referencia de la danza actual.

Óperade París. Sólo pronunciar su nombre transporta laimaginación del interlocutor a una agitación detutús y no a la imagen de una lánguida diva. El hecho deque la danza —en este caso su Ballet— inspire un gran lugarde ópera (como además atestigua la estatua de Carpeaux enla fachada del Palacio Garnier), es una particularidad muy francesa,una cuestión de Historia, sin duda. No olvidemos que el primer"patrón" del Ballet de la Ópera no fue otro que el ReyLuis XIV, primer bailarín del reino, estrella absoluta, queencontró su título de Rey Sol después de haberinterpretado a Apolo Sol naciente en Le Ballet de la nuit [El Ballet dela noche], en 1653, papel que interpretó en exclusiva en todoslos ballets posteriores. Bailarín emérito y muy entrenado(un curso al día desde los siete años), creador de almenos 27 ballets —y figura principal en todos ellos—, y devarias figuras técnicas, como el trenzado “real”,Luis XIV trabajó desde su ascenso al poder, en 1661, en lacreación de la Academia Real de Danza, primerainstitución francesa encargada de fijar las reglas de este artey de su enseñanza. El objetivo, “devolver a dicho arte superfección y elevarla tanto como sea posible”.

Nicolas le Riche en Appartement [Apartamento] del coreógrafo contemporáneo
Mats Ek, en 2000.

En1669, Luis XIV inaugura la Academia Real de Danza (la futuraÓpera de París) y nombra como director a su maestro dedanza personal, Charles-Louis-Pierre de Beauchamps. Beauchamps quiereimponer a la danza una regla universalmente reconocida. Su sistematiende, como todo el arte de la época Luis XIV, a la belleza delas formas, a su conformidad con un canon establecido. Lascoreografías crean pasos estilizados en un inicio de virtuosismotécnico y privilegian la elevación, el cuerpo estirado,los saltos, la nobleza, el distanciamiento. Se magnifica el gesto puro.El director es el primero en establecer las cinco posturasfundamentales, trabaja en los pasos de corte o de movimiento natural,fomentando al máximo su desarrollo, con el fin de establecer unaregla en la que se adivine cada paso de su evolución. En eltrabajo de Beauchamps se intuye un gran esfuerzo para idealizar elcuerpo humano y para hacer de la danza una creación tan bella yrigurosa como el verso francés. Es el nacimiento de la danzaclásica

Dar a la danza una regla de reconocimiento universal

Dosconsecuencias de importancia mayor coronan esta invención. Laadquisición de una técnica cada vez más complejaimplica el compromiso de los bailarines profesionales y exige lafundación de una escuela de danza, con el objetivo de formar alos futuros bailarines de la Academia Real. Creada en 1713,también por Luís XIV, la Escuela de Danza de laÓpera es la más antigua institución de este tipo.Gratuita desde sus orígenes, instaura la competición paraentrar en la compañía y optar a papeles de primerosbailarines.

Apartir del siglo XVII, la danza francesa hace escuela y se impone enEuropa. Todas las formaciones clásicas se someterán a susreglas. Se enseña siempre en versión original. EnMoscú, Milán, Copenhague, Nueva York o Pekín, ladanza se aprende en francés, una cultura que ha permanecidohasta hoy, asegurando así su universalidad. Un conservatorioitinerante de danza clásica —creada por laAsociación francesa de Acción Artística ytransmitida por bailarines y profesores de la Ópera deParís— forma en esta escuela a los bailarines de balletsnacionales de todo el mundo, en Riga (Letonia), en Pekín, enTokio, en Bucarest (Rumanía), etc,

El Ballet de la Ópera: una tradición de modernidad

Sinembargo, esta tradición tan reputada no debe ocultar lavitalidad creativa que siempre ha caracterizado el espíritu deesta gran casa, reflejando, de una cierta forma, el lugar excepcionalque la política concede a la danza en Francia. El Ballet de laÓpera de París no ha dejado de evolucionar, siemprepuntero en las técnicas y en la búsqueda de vanguardia alo largo de su larga historia. Fue en esta época cuando MellesGosselin y Taglioni inventaron las "puntas", o cuando se ensayaron losprimeros "vuelos suspendidos" durante la representación de LaSílfide, dando prueba del alcance de la investigacióncoreográfica ya en el siglo XIX. Fue también en laÓpera donde se crearon los primeros ballets "abstractos", y delos primeros “ballets blancos” que todavía se puedenadmirar en el segundo acto de Giselle por ejemplo, y que seconvirtieron en el símbolo del ballet y de la bailarina. Enotras palabras, ¡la danza clásica sigue en la Óperade París una tradición contemporánea!

Agnès Letestu en el célebre ballet clásico La Bayadère.

Así,el Ballet de la Ópera ha heredado una doble vocación:mantener un excepcional repertorio mediante la transmisión vivay directa, y su apertura a la creación. Confiada a BrigitteLefèvre, directora de danza desde 1995, el Ballet es un lugar deefervescencia coreográfica, que acoge a los artistas másimportantes del momento y a numerosas compañíasextranjeras, incluyendo un vasto repertorio que abarca el periodoromántico (Joseph Mazilier, Filippo Taglioni), las obrasmaestras clásicas (Marius Petipa) y de los Ballets rusos, obrasmodernas (Martha Graham, José Limon), el neoclásico delsiglo XX (George Balanchine, Maurice Béjart, Jerome Robbins,Roland Petit, Jiri Kylian, John Neumeier) y obras contemporáneas(Alvin Ailey, Pina Bausch, Carolyn Carlson, Merce Cunningham, Mats Ek,William Forsythe, Ohad Naharin, Alwin Nikolaïs), sin dejar deenriquecerlo cada temporada con nuevas creaciones (JérômeBel, Davide Bombana, Odile Duboc, Jean-Claude Gallotta, MichelKelemenis, Blanca Li, Suzanne Linke, Edouard Lock, JoséMontalvo, Michèle Noiret, Angelin Preljocaj, Laura Scozzi,Saburo Teshigawara …). Un equilibrio único en el mundo.

“Guiarel destino de una compañía como la nuestra no consiste enconservar una tradición, sino en mantener el valor de un saber,una memoria transmitida por la fuerza de nuestrosintérpretes”, explica Brigitte Lefèvre. “Paramí es fundamental inscribirme en la continuidad a travésdel diálogo con el pasado —también en continuamutación, ya sólo por la evolución de los cuerposy de la técnica—. Sería intolerable que nuestracompañía no alimentara todas estas posibilidades, queforman parte del que yo considero un gran proyecto para unacompañía clásica actual. El Ballet de laÓpera tiene como objetivo, diría incluso que porvocación, nutrir todos los aspectos, todos los brillos posibles,tanto en Bastilla como en Garnier”.

Una joven compañía

Dehecho, el Ballet de la Ópera de París alterna susrepertorios en el Palacio Garnier y en le Ópera de Bastilla.

Lacompañía actual, de una media de edad de 25 años—una de las más jóvenes del mundo— se componede 154 bailarines, casi todos procedentes de la Escuela de danza, quedirige Elisabeth Platel desde septiembre de 2004. Si el Ballet de laÓpera de París se considera la compañíamás importante del momento es en parte gracias a su escuela,considerada la mejor del mundo. Situada antaño en el PalacioGarnier, su desarrollo y su éxito la llevaron a mudarse aNanterre (cerca de París), en 1987.

La estrella Laëticia Pujol en Don Quijote, coreografía de Rudolph Nureyev,
en la Ópera de Bastilla, en 2002.

Elfamoso cuerpo de ballet de la Ópera de París estáestructurado según "grados": 13 estrellas, 15 primerosbailarines, 38 "sujets", 31 "coryphées" y 51 contradanzas. Losbailarines ascienden en la jerarquía mediante un concurso anualfacultativo, que favorece la evolución profesional, dentro dellímite de puestos libres. Sólo las estrellas sonnombradas por el director, propuestas previamente por la directora dedanza. Dicho concurso, instaurado por Marie Taglioni en 1860, es enrealidad un ejercicio de democracia en una lógica detradición más bien monárquica. El jurado,compuesto por diez personas que respetan la paridad entre ladirección y los bailarines, examina cada candidato que sepresenta. Así, la Ópera es una "troupe" en sentidoestricto. “Ad augusta per angusta” (a resultados grandespor vías estrechas): Las estrellas vienen forzosamente de laélite. De ahí que para ser estrella haya que subir cadaescalón del cuerpo de ballet. Y de ahí también lafuerza actual del Ballet de la Ópera de París, de unnivel nunca alcanzado antes, no sólo por la excelencia a la quecada uno de sus miembros aspira, sea cual sea su papel, sino sobre todopor la visibilidad que se otorga a los intérpretes.

Enun oficio solidario aunque solitario, los bailarines deben demostraruna resistencia física, psicológica y nerviosa. Unequilibrio entre las cualidades de un deportista de élite y unainteligencia artística requerida por la riqueza de las obras queinterpretan.

Marie-Agnès Gillot y Kader Belarbi interpretan Signes [Signos] una creación
contemporánea de la americana Carolyn Carlson, en 1997.

Revolución de Ballet

Apartir de los años noventa, la apertura del repertorio, lallegada de numerosos coreógrafos de diversas tendencias, comoPina Bausch, Jérôme Bel, William Forsythe o MerceCunningham, que aportan un estilo y un saber hacer particulares,así como el volumen de representaciones (146 en esta temporada,de las cuales 101 en el Palacio Garnier y 45 en la Ópera deBastilla), transforman la institución por completo. Losintérpretes bailan más y cada uno de ellos tiene laposibilidad de ser reconocido por sus cualidades, especialmente en lascreaciones contemporáneas. En ellas, más que favorecer uncuerpo de ballet creado como trampolín de una únicaestrella, se eligen coreógrafos que a veces alteran lajerarquía y obras que con frecuencia suben a escena a variosbailarines como figura principal.

Además,el movimiento iniciado por Rudolf Nureyev, que comenzó a dar unaoportunidad a los jóvenes, se intensificó a partir delnombramiento de Brigitte Lefèvre, y se empezó a verartistas muy jóvenes debutar en papeles de estrella,también en los ballets clásicos. Fue por ejemplo el casode Myriam Ould-Braham, joven de 23 años, “sujet” queobtuvo el papel principal de Aurora en La Bella durmiente, el inviernopasado. Al contrario, ¡Véronique Doisneau“sujet” al final de su carrera fue el personaje central yúnico de la creación del mismo nombre deJérôme Bel! "El Ballet de la Ópera, sus estrellas,su cuerpo de ballet influye en la imagen de la danza de hoy. La danzano es reproducción. Cada interpretación la haceevolucionar. Creo que hemos conseguido dar vida a otra forma de ser,que privilegia las individualidades sin dejar de ser unacompañía con una fuerte identidad”, explicaBrigitte Lefèvre.

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publicado por leodacota a las 17:43 · 3 Comentarios · Recomendar

Comentarios (3) · Enviar comentario

Descubrí a Elisabeth Platel en La Bayadére,y quedé impresionado por su talento,desde entonces me intereso por su trabajo.
Mi trabajo es el de pintor artístico y me encantaría tener la oportunidad de hablar con ella, para mí seria algo fantastico.
Algún dia quiero realizar algún trabajo con su figura.
Elisabeth serias tan amable de enviar un correo a mi dirección?
Creo que con la ayuda de DIOS los sueños pueden hacerse realidad.

publicado por Antonio Torres Alba, el 14.03.2010 20:28

Buenos dias,estoy interesada en llevar a mis 2 hijas ,8 y 10 años,EN CONJUNTO CON OTRAA 3 NIÑAS las cuales estidian desde los 4 años en la escuela de ballet Nina Novak en caracas-Venezuela, a un curso vacacional para el año que viene 2011,por un periodo de 1 mes.Por favor envienme toda la informacion,cronograma,requisitos y precios.Gracias

publicado por haymar vera, el 08.06.2010 13:57

Estimados Maestros:
Motiva mi consulta un próximo viaje a París a principios del año 2013. Además de ser un viaje de placer y turismo, me gustaría aprovechar esa circustancia para que mi niña de 11 años, pueda tomar clases de técnica de ballet en su prestigiosa institución.
Nuestra estadía en esa ciudad sería de 15 días. Para programar de manera certera estas clases necesitaría la mayor cantidad de información acerca de cursos que se desarrollen durante el mes de febrero de 2013.
Sin más, y esperando pronta repuesta. Nancy Gómez desde Salta, Argentina.

publicado por Nancy Gómez, el 01.02.2012 19:42